Solemos pensar que las plantas aromáticas son fáciles de cuidar, pero en realidad es de las plantas más delicadas, ya que son muy rústicas, creciendo en el exterior con suelos pobres y secos.
Son plantas salvajes que no suelen tolerar vivir cautivas en macetas o encerradas pero, si le proporcionas sus cuidados específicos pueden vivir y resistir en balcones o en el interior de casa.
Cuidados específicos:
Si pones en práctica estos cuidados con tu planta aromática lograrás hacerla resistir en el interior haciéndola crecer y expulsando su aroma y color tan sensacional.
MACETA:
Se requiere una maceta drenada con agujeros para poder expulsar el agua sobrante. Se recomienda poner una base de gravilla que actúe como filtro para que las raíces no se encharquen en caso de estanco de agua. El sustrato debe ser ligero y poroso para no acumular mucha humedad, a excepción de la menta, que prefiere un sustrato turboso.
EXPOSICIÓN:
El hábitat natural de las plantas aromáticas es el exterior recibiendo luz directa del sol durante casi todo el día, por lo que si las vamos a tener en el interior tendremos en cuenta que necesitan estar en lugares secos y soleados, como por ejemplo cerca de ventanas. Si no dispones de ventanas con sol puedes proporcionarles un par de horas de luz artificial.
RIEGO:
En cuanto a su riego debes tener precaución para no encharcarlas, y si cuentan con un plato o cubremacetas debes retirar el agua sobrante. Únicamente se deben regar cuando el sustrato está totalmente seco. No requieren demasiada agua.
PODA:
Al estar acostumbradas a vivir de forma salvaje suelen afearse, si esto pasa es recomendable podarlas hasta abajo para que vuelvan a crecer y brotar.